Zapatos apretados
Hermenegildo había ahorrado
todo un año para comprarse un Liki Liki blanco y unos zapatos
de cuero negro, hechos a mano por el zapatero Manzini el mejor del pueblo.
Como Hermenegildo trabajaba en el campo como peón, sus pies
estaban desfigurados por años de andar descalzo o en alpargatas, eran pies
cuarteados que parecían de piedra de montaña.
Se había enamorado de una tal Jesusa una blanca
pechugona que trabajaba en el bar de la calle Colombia que tenia una luz roja
en la puerta. Ante sus avances rústicos Jesusa
le había dicho --si te vistes como gente, a lo mejor salimos-- por
eso el el empeño del ahorro y de la compra de aquel traje tan fino y aquellos
zapatos del cuarenta y cinco que le torturaban los pies con la gracia de un
molino de maíz.
Una vez ante la idealizada
Jesusa Hermenegildo pidió un trago de ron (el
siempre bebía caña blanca) y con aires de galán llego
al la mesa donde Jesusa se tomaba una Media Jarra en compañía,
Jesusa no lo dejo ni hablar, la risa hiriente de la burla no se
hizo esperar, Pareces una mosca en un vaso de leche, caminas como un loro
con frió, con esos zapatos, ni loca salgo ti, vete pa tu monte
o búscate una burra.
El pobre Hermenegildo vacio de un trago su vaso, compro
una botella de lavagallos y una caja de chimo y se fue a su rancho , por el
camino iba borracho con los zapatos en una mano y la botella en la otra,
cuando escupía el chimo, su Liki Liki blanco se
manchaba de las flores negras de la tristeza .
Al día siguiente los vecinos lo encontraron
colgado desnudo de una mata de mango que tenia en el patio, al pie
del árbol el Liki Liki manchado de chimo, junto a los
enormes zapatos y una botella vacía de aguardiente contaban la
historia de Hermenegildo .Que ilusos e inocentes somos los hombres
cuando vamos tras los espejismos de pasiones que nacen bajo la luz roja
de un Mabil.
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