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viernes, 22 de marzo de 2013

Visitantes nocturnos

Visitantes nocturnos


En las noches sin luna llegan en tropel de silencios, cuando todos en el pueblo duermen . Ellos vuelven de prisa para estar con sus cosas del pasado.Son los visitantes de otros tiempos,que vienen envueltos en la brisa nocturna de Villa de Cura.

Algunos solo miran las fotografías que cuelgan en las paredes blancas..- Pensar que este hombre se murió de verdad  cuando ya nos acostumbrábamos a que era eterno- .Dice un señor de traje negro ante el retrato del General Gomez.

Se escuchan notas salidas del antiguo piano de los Carvallo y un viejo guitarrista puntea "Fulgida luna del mes de Enero".

En los salones se escuchan los murmullos de conversaciones comenzadas antes que llegara  la luz eléctrica .Uno que otro chisme centenario -Te enteraste Carmen que la menor de las Perez se fue con el negro Joaquin el que hace las alpargatas.- -Si me entere y de tanto que presumen solo por que son nietas de un héroe de la independencia-.

Los mas atrevidos  miran con curiosidad  cosas mas nuevas que no entienden, como algunas modernas cámaras fotográficas de los años cincuenta.

Inocencio le corta la barba a un coronel que fue Jefe civil.

Al fondo el sonido de una maquina de coser hace saber,que Herminia la vieja costurera termina un traje de primera comunión.

Ya de madrugada como a las tres, todos se van como vinieron .Son los fantasmas de un pasado que no muere, mientras existan los objetos de la memoria en una casa mas que centenaria .Donde vive el recuerdo.

En el días vienen  algunos vivos,al Museo de la tradicion Inocencio Utrera,  para ellos es mas difícil entender el pasado.

Los libros de la Biblioteca esperan ser leídos por alguien, y los helechos del patio acarician con sus hojas verdes nuestros ojos .





lunes, 4 de marzo de 2013

Maria Adelaida



Maria Adelaida

Tejía la abuela el blanco paño ,con sus  pequeñas manos, diligente aguja y  abundante madeja de crochet. Así la recuerdo desde la primera vez que la vi .Era joven en sus cincuenta y tantos ,llena de hijos y de sueños rotos. Sus lagrimas caían en el tejido a medida que este crecía .

¿Cuantas cosas hermosas tejería la abuela,donde están ? .

Seguía entrelazando cadenetas y puntos ya muy entrada en años , con sus manos trémulas ,con la vista nublada de los ochenta y tantos abriles que se fueron quien sabe donde. A veces pienso que en esa época tejía de memoria pues su vista ya era muy pobre.

Mientras el ganchillo dibujaba primores quizás recordaría con alegría sus años de niña en las montañas de su nativo Bocono. !!Maria Adelaida ven a comeeeer !!  y ella corría entre las ramas de los guayabos en compañía de la neblina fría y el olor a eneldo .

Alguien tendrá uno esos Pañitos blancos que tejía la abuela en algún escaparate olvidado,o en una de esas mesitas de sala ,donde coloca la gente los retratos.

Si pudiera tener entre mis manos uno de aquellos trozos de vida tejidos por  la abuela ,trataría de leer en la trama su historia de mujer buena ,madre de muchos hijos y tal vez buscaría inútilmente el olor a eneldo de sus lagrimas .

domingo, 3 de marzo de 2013

La elefante


La elefante 

Esa noche me había dormido en un banco del zoológico de las delicias. y desperté en la madrugada. Fue  entonces cuando vi al anciano de uniforme y sombrero  que miraba con cara triste a la elefante muerta, me miró y con acento andino me dijo –no se asuste vea,  solo vengo a llevarme el alma del animal.  Yo funde este lugar hace mas de cien años , a veces venia a mirar a la elefante que era mi amiga  desde hace mucho tiempo -. Y acomodando sus gafas redondas el viejo general se desvaneció junto al  pesado animal, en millones  de mariposas blancas que volaron hacia el infinito.

sábado, 2 de marzo de 2013

Solo la vi una vez

Solo la vi una vez, aquel atardecer
Cuando en la plaza en un banco sentado
con cuaderno, lápiz, borrador  y papel
Inventariaba mis desgracias,muy callado

Me interrumpió su !buenas tardes caballero!
con la pregunta de una dirección que no sabia
era una aparición de luz cuando ya anochecía
era un ángel caído del cielo aquel febrero

Ante aquella mujer que parecía una diosa
con mucha prisa mi amargado corazón latía
me ofrecí a acompañarla y pretenciosa
ella dijo tajante  que tenia compañía

Vi a un hombre viejo que le seguía los pasos
vestido con gran elegancia, respiraba dinero
le di la dirección, quede como un pelmazo
al dar las gracias me dio la luz de sus ojazos

Tenia los ojos grandes de un verde atardecido
y una sonrisa linda, repleta de promesas
me dijo su nombre hermoso de princesa
!Elena! y luego se marcho con su marido

hoy meditando, al recordarla  casualmente
sentado en el mismo banco solitario y  frió
Evoco su sonrisa gloriosa entre la gente
despues de pasar tantos años no la olvido

Y me digo cuando la noche se aproxima
!Que lindo hubiera sido amarte Elena!
entonces encontraría la rima
Para terminar este Poema.