Los
muebles pulidos y las mesas con sus manteles tejidos, un retrato grande
del bisabuelo, el General, que peleo en la guerra federal y fue presidente del
estado varias veces. Las paredes blancas con las viejas espadas del Héroe, la lámpara de araña que ilumina desde
hace mucho tiempo la casa vieja donde resuenan los ruidos de la calle, bocinas
de vehículos y gritos de vendedores ambulantes.
En la cocina Altagracia de los milagros calienta un poco
de café de ayer , busca en la despensa pero sabe que no hallara nada mas que un
trozo de pan duro y un frasco de alcaparras, desde hace años no se come bien en
este hogar que una vez fue rico y prospero.
La pensión
se le va en pagar las cuentas de esta enorme casa, a sus ochenta la mantiene
limpia en trabajo de Sísifo, un señor viene
cada mes a cuidar el jardín,ella visita a los muertos los jueves y va a misa
todos los domingos a la ocho, se sienta adelante donde se sentaron su madre y
su abuela, cree todavía que allí se reciben mejor las bendiciones del cura. Y se
queda triste después que arroja unas
monedas al canasto de la limosna.
En la calle mira a todos por encima del
hombro. Son toda gente de la orilla, ganapanes No como ella descendiente de un
prócer de la patria y de una doña de mantilla. En el mercado compra un cuarto
de queso, unos huevos y una harina ,y en
la carnicería medio kilo de bofe ,con eso malcomerá una semana y seguirá viendo
fotos viejas de las glorias pasadas cuando le abrían la puerta y le decían
señorita Altagracia, es un fantasma que muere de hambre poco a poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario