El Disfraz.

El viejo mendigo oculto en el callejón trataba de sacar algo de su mugriento y grande  saco , desde mi ventana   en el segundo piso yo lo espiaba , pensé que sacaría  del sucio costal una botella de aguardiente o  algo robado en el día en esas calles de los barrios caros.poco a poco y con cuidado fue sacando una bolsa de plástico con algo blanco y reluciente adentro, supuse que era un traje de novia robado de alguna tienda o sabanas costosas que luego cambiaría por comida o alcohol ,yo siempre suponiendo.

Al desplegar el contenido de la bolsa pude ver con asombro dos hermosas alas de Ángel, de plumas brillantes. no me dio tiempo a pensar en nada. Como, porque, cuando,  solo fueron palabras sin sentido. Ante mis ojos sorprendidos, en un segundo. el viejo mendigo ya desnudo y limpio se colocó sus alas y al pasar volando por mi ventana me sonrió con algo de malicia. Yo que supongo tanto he debido suponer que el mejor disfraz para un Ángel es el de un mendigo.