Wonderfull Worl

viernes, 6 de julio de 2012

Perfume intimo.

Ahora que ha pasado tanto tiempo y soy un hombre viejo, recuerdo el olor de Araminta, aquella novia que tuve y que olía tan sabroso, emanaba un olor a azahares mezclado con vainilla que volvía locos a los hombres y hacia que las mujeres se pelearan por preguntar donde habia ella comprado ese perfume tan exquisito, aun sabiendo lo pobre que era Araminta la hija de Coroto el borracho del pueblo.Aquel olor divino y celestial no era como todos creían producto de un perfume caro y misterioso, aquel olor que tranquilizaba a los perros bravos y enmudecía a las guacamayas en sus jaulas ,venia del sexo de Araminta. Así como algunos nacen con memoria sobrenatural y otros con el poder de la levitación(como mi compadre Toribio cuando se rasca con anís)y otros pueden leer la mente, Araminta habia nacido con el don de tener una vagina que desprendía el olor mas sublime del mundo,lo descubrí una tarde de escarceos amorosos con ella en la orilla del rió antes de marcharme del pueblo.


Se que los caballeros no debemos tener memoria para estas cosas, pero ya han pasado muchos años,ya casi no queda nadie de aquel tiempo y Araminta murió a los ochenta años hace diez años . Esa tarde en el rió es imborrable en mi memoria no solo por el amor furtivo o por el privilegio de ser amado por  aquella hermosa joven de piel aceitunada y pechos generosos,de cabellos tan negros como los tordos en el monte oscuro.
Tambien es imborrable para mi aquella tarde, porque luego del amor fugaz,estuve horas en el rió
tratando de sacarme aquel olor divino que me delataria ante todos ,por eso no busque mas a Araminta, en una carta le explique que me marchaba lejos,tal vez lloro un poco,tal vez sus lagrimas tambien tenían el olor de los azahares y de la vainilla.Muchos años después me entere que Araminta habia muerto,habia tenido hijos con un italiano que monto una perfumería y se hizo rico en el pueblo,¿seria que el italiano consiguió envasar aquel olor maravilloso? .Ahora ya viejo, cuando siento el olor de los azahares o de la vainilla, recuerdo con nostalgia el olor de Araminta y su sexo de olores infinitos. 


De Juan Francisco Lara Fernandez


Cagua Julio 2012

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