Pero cuando bajaba por la calle Ana Rosa por un momento nos convertíamos en Hombres poníamos cara de serios y escondíamos los suplementos.Embelesados y atentos veíamos pasar a aquel monumento de mujer: Era alta y blanca y tendría unos diecisiete, tenia un rostro muy lindo el cabello negrisimo bañaba su espalda hasta las caderas,al pasar junto a nuestro grupo de imberbes doceañeros y treceañeros sonreía y nos lanzaba besos, apenados bajábamos la cabeza o veíamos para otro lado.
Luego nos reíamos y los mas grandes decían -lo del beso era conmigo ,no te diste cuenta que me señalo a mi- -Tu estas loco eso era conmigo, decía otro- para después terminar dándose unos empujones y uno que otro carajazo.Pero luego seguíamos ahí todas las tardes esperando aquella gentil limosna de los besos volados de Ana Rosa.
Paso la infancia muy rápido y crecimos, ya no habia tarde de baratijas repetidas ni de Baseball,cada quien tomo su camino de vez en cuando nos saludábamos en los autobuses o en la plaza de Catia cuando nos veíamos, los amigos de la niñez se van quedando atrás y solo a veces sus rostros desdibujados por el tiempo nos visitan como fantasmas.
unos seis o siete años mas tarde,cuando estaba en la casa de una pareja amiga jugando domino y compartiendo unas cervezas, me llamo la dueña de la casa para presentarme a su comadre, mi sorpresa fue muy grande cuando vi que era la bella Ana Rosa, mas tarde le conté que yo era uno de los niños a quienes ella lanzaba besos cuando pasaba por la calle ,ella reía.Nos gustamos (ya a mi me gustaba) y comenzamos un romance ,ella seguía siendo muy linda ,pero al conocerla mejor me di cuenta que era posesiva y fastidiosa, se volvió como mi sombra, ya no quería estar cerca de ella luego de unos meses comencé a trabajar lejos y nunca mas la vi,tambien como mis amigos de la infancia su rostro se desvaneció en el tiempo.Hoy que soy un hombre viejo, pienso en que la vida nos juega muy sucio cuando soñamos con algo, después al tenerlo no lo queremos y lo arrojamos al oscuro rincón de los recuerdos fugaces ,donde después de muchos años, nos viene a la memoria junto con unas barajitas repetidas de Baseball y una foto en blanco y negro de el hombre murciélago.
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De Juan Francisco Lara Fernandez
Cagua Julio 2912
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