Catalina la loca Sacaba a bailar a todos los hombres que
pasaban por la plaza, en su mente La plaza era un gran salón donde se
escuchaban las notas de un vals en una fiesta de quince años ,su fiesta que
nunca tuvo, todos le sacaban el cuerpo a la pobre mujer vestida con harapos y
zapatos rotos algunos apurábamos el paso o no pasábamos por donde estaba Catalina
.Un domingo igual al de hoy la plaza estaba llena de personas al salir de la
misa y ahí estaba Catalina bailando el vals sola e invitando a bailar .Entonces
pasaba por ahi Jose Juan el carpintero, iba bien vestido con su traje de
los domingos y su sombrero de Jipijapa ,cuando Catalina lo saco a bailar
no la aparto como los demás sino que tomándola
de la cintura bailo con ella recorriendo la plaza aquel vals imaginario. Todos
asombrados miraban la escena y comenzaron a aplaudir .Catalina la loca sonreía
como una quinceañera, por primera vez en su vida fue feliz al pasar unos
minutos se detuvieron y Catalina y Jose Juan se inclinaron para recibir los aplausos
de la gente que salía de la misa .Jose Juan siguió su camino y Catalina quedo
con una gran sonrisa en su rostro ,esa misma noche murió en un banco de la
plaza Catalina vestida de sonrisas, por algún motivo la alegría por el baile de
sus quince años imaginarios fue tan fuerte que detuvo su sufrido corazón. Se
fue feliz de este mundo donde había padecido tanto. El año siguiente Jose Juan
fue electo concejal y a los cuatro años alcalde del pueblo. Un hombre tan
valiente como para bailar con una loca tenia que ser bueno. El destino a veces
nos acecha en las situaciones menos esperadas, hasta en los rincones de una
plaza o en las manos de quien menos imaginamos.
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