Papagayo de luz
Era Domingo y los
coloridos papagayos de los otros niños se elevaban por encima de los techos y cables,
esos pájaros voladores hechos con papel, pabilo y esperanza, surcaban el
cielo del pueblo desde muy temprano.
Pero Carlitos y su hermana María estaban tristes,
no tenían para comprar el papel de colores ni el pabilo y así no podían hacer
su papagayo. Ellos fueron a la casa de la abuela y le pidieron dinero para comprar,
pero la abuela no tenia ,ya cuando se iban tristes a su casa la abuela
los llamo y les dijo -no tengo dinero para darles pero tengo este rolo de
pabilo amarillo que me sobro de tejer un mantel ,se los regalo, con el podrán
volar su papagayo- .Luego fueron donde el tío Jose ,este les regalo un gran pedazo
de papel de color rojo donde venían envueltos unos papelones, aun conservaba
pequeñas migas del dulce papelón. En el camino en un cañaveral que
había cerca del sitio donde se reunían los niños para elevar sus
papagayos, cortaron unas veradas para hacer el armazón del papagayo y
cuando llegaron a su casa su mama les regalo un pedazo de tela color azul
marino para hacer la cola.
Entonces Carlitos y María fabricaron un papagayo
hermoso El pabilo amarillo además de ser la cuerda para volar, sirvió para
hacerle unos adornos que quedaron muy bonitos, el papel rojo donde venia
envuelto el papelón sirvió para hacer el cuerpo del papagayo y con el pedazo de
tela azul hicieron una cola larga y hermosa .Corrieron los dos niños felices al
fin volarían su papagayo que había costado tanto esfuerzo.
Pero era un poco tarde ya la luz del sol se
ocultaba en un ocaso amarillento y perezoso .Aun así decididos y tercos,
comenzaron a elevar el papagayo que de inmediato despego del suelo y se elevo
hacia lo alto. Carlitos le dijo a su hermana maría. - Lo malo es que vamos a
tener que recogerlo rapido, de noche no se ve bien como vuela el papagayo - y
otra vez una sombra de tristeza paso por su caritas de niños. Pero cuando
miraron hacia arriba vieron con alegría como muchas luciérnagas que parecían
estrellitas salidas del cañaveral, volaban hacia el papagayo y se posaban en su
superficie, iluminandolo con su luz y ayudándolo a volar con sus alas. Habían
sido atraídas por los restos de papelón en el papel.(a las luciérnagas les encanta
el dulce)
Así volaba airoso y feliz el papagayo de Carlitos
y María una bandera tricolor llena de estrellitas luminosas que
iluminaban el cielo y remontaba el espacio anochecido con la fuerza del
viento y del amor de dos niños que nunca se rindieron.
Así volaba airoso y feliz el papagayo de Carlitos y María una bandera tricolor llena de estrellitas luminosas que iluminaban el cielo y remontaba el espacio anochecido con la fuerza del viento y del amor de dos niños que nunca se rindieron.
ResponderEliminarQue hermoso amigo, sin dudas tienes una musa bien sujeta a tus manos. Un saludo cordial.
Gracias amigos
EliminarGracias Dios los bendiga
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