Packard 47
Agapito esta triste, no tiene para
comprar la carterita de ron de las mañanas, su vida de borracho se
oscurece aun mas cuando eso pasa y camina por la plaza desde
temprano, buscando centavos para poder beberse un trago, cuando lo ven
algunos pasan la acera y le sacan el cuerpo a su miseria y a su presencia sucia
y maloliente, ser el borracho del pueblo no es fácil.
Carmencita Cedeño ha perdido su anillo
,es un anillo grande de oro, muy caro con una piedra de zafiro que le regalo su
pretendiente Don Rufino el viejo galán de ocho décadas enamorado
perdidamente de Carmencita, que solo tiene veinticuatro primaveras ,como es un
hombre rico en su casa le han dicho que se case con don Rufino ,que es muy
bueno , los domingos los lleva a todos a pasear a Maracay en su Packard
modelo 47 ,Carmencita lo aceptado como novio , la visita transcurre los jueves
de seis a ocho en la salita de la casa. El sonido de la bocina del Packard
anuncia la llegada del audaz y senil novio que casi arrastrando los pies toca
la puerta con un ramito de claveles en las manos .Las dos horas pasan mientras
el galán toma las manos de Carmencita y le promete amor eterno, también
una lista de propiedades que no cabe en una hoja de papel, al final un
beso en la mejilla de don Rufo, que ve por segundos el paraíso prometido en
roce de los labios carmín de su joven amada.
Así pasan los días de la interesada Carmencita
y su galán octogenario y rico. Esta vez con ocasión de las fiestas del
pueblo todas las familia aportan deliciosas comidas para la venta de la
iglesia, hechas por las mujeres de las casas ,las Pérez llevaron un pernil,
las Hernández buñuelos ,las Agraz tizana , a las mujeres de la familia de
Carmencita le toco llevar unas empanadas muy sabrosas rellenas de carne mechada
,Grandes y crujientes toda una ricura; Pero en la hechura de las empanadas se
ha perdido el anillo de Carmencita ,no se sabe si cuando se hizo la masa
o en el momento de guisar la carne , ya no hay tiempo de hacer nada ya las
empanadas están a la venta en la calle cerrada y llena de gente la mañana
es casi mediodía .
Llorosa en uno de los bancos de
la plaza cerca de la venta de comida ,Carmencita le cuenta a don Rufino su
tragedia con lagrimas pucheros y pañuelito blanco , -Ay don Rufino he perdido
el anillo que vergüenza con usted que me lo regalo con tanto cariño tan bonito
que era mi anillo.-El galán otoñal aprovecha para lucirse y le dice -No importa
mi ángel yo te compro otro mas grande y mas bello tu lo mereces todo- Entonces
aprovecha para darle un apretón con sus pocas fuerzas a su
bella Dulcinea a la que le brillan los ojos de alegría (por el anillo nuevo).
Don Rufino se despide feliz tiene unas diligencias que hacer y ya se le
hace tarde.
Mientras tanto Agapito el
borracho se come una empanada que le regalaron ya casi a la mitad siente
el dolor agudo de dientes que se parten y el sabor salobre de la sangre, escupe
al suelo y ve el anillo de oro que brilla entre hilachas de carne y trozos de
dientes, se limpia con la manga de la sucia camisa que lleva, tomando el
anillo sonríe mirando al cielo agradecido. Y se va caminando contento a
vender el anillo -aquí hay muchas botellas piensa- casi soñando despierto.
Escucha la bocina del Packard del 47 para que se aparte del camino y el
ofensivo grito!!Borracho!! . Con dos dientes menos y su tesoro en el
bolsillo Agapito sonríe Y grita!!Gran vaina!! Sigue andando lleno de alegría .A
veces todos ganan.