Los perros que no sabían ladrar
Esa noche inmensa , cuando salte la cerca me sentí salvado. Era oscuro y mis perseguidores siguieron de largo .Me habia visto obligado a robar para comer, algunos escritores nos convertimos en inseparables compañeros del hambre .
En mis manos el saco con las tres gallinas gordas se habia tornado pesado del miedo a que me atraparan. Los gritos de los dos hombres se perdieron en la noche y un pesado silencio se fue apoderando de todos los espacios del campo. Trate de levantarme y sentí un tirón fuerte en mi pierna derecha. Luego el fuerte dolor se adueño de mis huesos .Sentí sucesivamente varios tirones acompañados del mismo dolor húmedo y frió como de pequeños cuchillos que atravesaban mi piel.
Quede en unos segundos empapado de mi sangre y una tenue placidez me fue invadiendo . En un ultimo y loco esfuerzo por escapar de aquel desafortunado evento. Desate el saco para que las gallnas salieran y distrajeran a aquel feroz enemigo que me heria una y otra vez . Pude sentir como huían y también sus débiles cacareos al ser atrapadas y muertas.
Aproveche la distracción de aquel ser terrible y logre saltar la cerca y huir.
Después de dos semanas de curarme yo mismo con alcohol y ramas del monte. Ya podía caminar . Fui hasta el oscuro lugar de mi desgracia y al mirar por encima de la pequeña cerca quede pasmado en el asombro.
Unos cuatro perros grandes y oscuros como la otra noche, jugueteaban mordiéndose entre si con sus afilados dientes,sin emitir siquiera un sonido de sus fauces.
Me separe del cercado con miedo. Fue entonces cuando lo comprendí todo.
Un Exiguo letrero de negros caracteres rezaba. "Cuidado perros bravos que no saben ladrar"
Mas nunca robe gallinas ni salte cercas. Me dedique a escribir y a soportar el hambre junto a mis cuentos. Ahora en todas partes me alejo de los perros que no saben ladrar.
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